Las dos caras de Iapetus
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En su último sobrevuelo de la Cassini a Iapetus, uno de los satélites de Saturno, la nave fotografió en alta resolución el paisaje de la extraña luna, caracterizado por poseer una cara muy brillante y otra muy oscura, una rareza que los investigadores tratan de explicar con los nuevos datos aportados por la Cassini.
El llamado modelo de segregación termal podría explicar la apariencia de la luna. Las observaciones térmicas realizadas confirman que las áreas oscuras son más calientes que las brillantes, suficiente como para provocar una lenta evaporación del hielo de agua, lo que seguramente es un importante factor en la diferenciación de las zonas.
La cara que mira hacia el frente de la órbita de Iapetus alrededor de Saturno está siendo oscurecida por un proceso aún no explicado. Se presume que este material proviene de otras lunas del sistema que se mueven por delante de la órbita de Iapetus. El material oscuro que cae en espiral hacia Saturno desde satélites con órbitas más externas impacta contra la luna de frente, haciendo que su cara delantera se vea oscurecida. Los investigadores presumen que este proceso oscureció una de las caras de la luna, lo que realzó los efectos termales que se observan hoy en día.
De esta forma, una vez que uno de los lados se ve ligeramente oscurecido, el proceso de segregación termal se produce rápidamente. La superficie oscura absorbe más luz solar que la brillante. Este calentamiento hace que el hielo de agua se evapore. Luego este vapor de agua se condensa en los puntos más fríos, como los polos y las latitudes bajas del lado opuesto de su órbita. La continuidad de este proceso hace que las zonas oscuras se vuelvan más oscuras, y las brillantes más brillantes, potenciando el fenómeno, lo que también resulta en la ausencia de zonas grises sobre Iapetus: hay zonas muy oscuras y zonas muy brillantes.
Credits: NASA/JPL/University of Arizona/USGS
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