Sur Astronómico

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Facundo, el pueblo del eclipse

Enzo De Bernardini
Viernes 3 de marzo de 2017
Encuentros

Llegamos dos días antes, pero para nosotros los preparativos para ver el eclipse solar del 26 de febrero habían comenzado muchos meses atrás. Para este tipo de eventos es ideal estar ubicado dentro de la zona privilegiada, en donde la Luna pasa exactamente por delante del Sol formando el anillo de fuego, el mayor de los atractivos en un eclipse anular, y queríamos estar allí. Fuera de esta zona el eclipse es parcial, y dentro de esa zona, para que el anillo sea perfectamente concéntrico, debíamos ubicarnos en el centro, sobre la línea del máximo.

Así recurrimos a los mapas. Con Google Earth exploramos las opciones, buscando ubicaciones dentro o muy cerca de la zona de anularidad. Aunque esta zona era una franja muy extensa sobre el globo terrestre, con miles de kilómetros de longitud, solo una pequeña parte tocaba los continentes (el americano y el africano), el resto estaba sobre el mar. En Argentina sería la provincia del Chubut la que disfrutaría de tener este breve patrimonio natural: una zona de alrededor de 50 kilómetros de ancho, con el área de anularidad cruzando la Patagonia a una velocidad de 4800 kilómetros por hora de oeste a este, regalando a los observadores que se encuentren sobre la línea del máximo algo menos de 60 segundos para ver el anillo de fuego (con unas dos horas y media de eclipse, de comienzo a fin). Y aunque el escaso tiempo de duración de la parte central del evento parezca una desventaja, es en realidad un atractivo: el anillo que se formaría sería extremadamente fino, algo inusual e interesante que se sumaba a lo que ya era un evento muy esperado.

La línea del máximo cruzaba dos rutas patagónicas importantes, la RN3 al este y la mítica RN40 al oeste. Un eclipse es un evento perfectamente predecible desde el punto de vista de la mecánica celeste, se pueden calcular las circunstancias con miles de años de anticipación, pero la astronomía desde la superficie de la Tierra sigue atada a los caprichos del tiempo meteorológico. Si estaba nublado, no lo podríamos ver, y aunque no es posible hacer predicciones sobre el estado del tiempo con mucha anticipación, sí podemos valernos de las estadísticas. Los mapas de nubosidad indicaban que para el mes de febrero el oeste disfrutaba de las mejores probabilidades de cielos despejados. No se trataba de una garantía, pero si íbamos a movilizarnos tanto debíamos maximizar nuestras posibilidades de éxito.

Un pueblo en el mapa

Así encontramos Facundo, una comuna rural de 185 habitantes (2010) fundada en 1955, a la que se llega tomando un breve desvío hacia el oeste en la RN40, dentro de un pequeño valle de unos 3 km de ancho por donde cruza el río Senguer de norte a sur. La imagen de satélite mostraba algunas casas alrededor de una calle principal, una plaza, y lo más importante: no solo estaba dentro de la zona de anularidad, sino que la línea central cruzaba a escasos 1000 metros de la entrada al pueblo. Estaba decidido, íbamos hacia Facundo.

Facundo. Chubut. Argentina.

Era septiembre de 2016 y los vuelos a Esquel (a 350 km al norte de Facundo) en fechas cercanas al eclipse comenzaban a escasear, éramos cuatro, y ya no había disponibilidad para todos. El eclipse coincidía con el fin de semana de carnaval, y toda la región andina goza de atractivos turísticos importantes. Queríamos tener organizado lo fundamental: vuelos, movilidad y estadía. Decidimos que el punto de llegada en avión sería Comodoro Rivadavia, en donde teníamos más opciones de vuelos, allí rentaríamos un auto y nos movilizaríamos hasta Facundo. Hablamos con la intendencia del pueblo y nos contactaron con la Sra. María, quien administraba el albergue municipal. Aún faltaban varios meses, el evento no era noticia, pero sabíamos que tener asegurados nuestros destinos era importante.
Con los pasajes reservados, al auto rentado y el albergue prometido, ya sólo restaba esperar a la fecha del evento mientras planeábamos las imágenes que tomaríamos del eclipse y discutíamos los pequeños detalles del viaje.

Llega el día

El 23 de febrero, a tres días del eclipse, volamos desde Buenos Aires a Comodoro Rivadavia para pasar allí una noche y partir hacia Facundo al día siguiente.

En la mañana del día 24 emprendimos el viaje. La aridez patagónica se hizo presente de inmediato, con grandes extensiones en dónde se contrastan las atractivas formaciones geológicas con los pozos de petróleo, solitarios e imparables, y que lentamente van quedando atrás mientras la ruta nos lleva hacia el oeste. Así llegamos hasta Sarmiento, una ciudad que aunque se encontraba fuera de la zona de anularidad, también se estaba preparando para el eclipse, y desde donde se movilizaría un gran grupo de entusiastas varios kilómetros hacia el norte para verlo.

Saliendo de la ciudad hicimos una visita al Bosque Petrificado Sarmiento, a unos 30 kilómetros, en donde las vistas son imponentes, con troncos de coníferas de 65 millones de años de antigüedad dispersos por un paisaje de colores diversos e intensos.

Bosque Petrificado Sarmiento

Luego de un breve trayecto llegamos a Facundo. El pueblo ya comenzaba a prepararse para el evento, el eclipse sería el centro de las actividades de los próximos días. Encontramos el albergue con la facilidad anticipada por la gentil Sra. María, quién nos recibió con entusiasmo y nos mostró nuestro hogar de los próximos dos días, un lugar con varias habitaciones, baño, cocina y comedor. Nos presentó a la Sra. Cristina, quien nos cocinaría comidas caseras. Estaríamos muy cómodos, aunque algo incomunicados: en el pueblo solo funciona una empresa de telefonía celular (sin brindar servicio de datos), y no conseguíamos acceso a internet.

Facundo. Chubut. Argentina.

La noche llegó rápido, y el cielo nocturno mostró las ventajas de estar alejados de ciudades y rutas iluminadas. Nuestras cámaras y trípodes llamaban la atención y animaban a los más curiosos a preguntar sobre el evento que se acercaba y sobre el cielo en general, temas en los que gustosamente intentamos compartir nuestro entusiasmo. Un breve recorrido saliendo del pueblo para dejar atrás la iluminación pública bastó para asegurar en la memoria uno de los mejores cielos que habíamos visto hasta ese momento, complementado por un silencio olvidado en la vida urbana.

El día 25 amaneció fresco, algo ventoso y con una mínima nubosidad. Estas 24 horas anteriores al eclipse serían principalmente de organización. Algo que debíamos determinar en este día era el punto exacto en donde nos ubicaríamos para observar el evento, ya que aunque todo Facundo estaba dentro de la zona de anularidad, nosotros deseábamos pararnos justo sobre la línea del máximo. De los tres puntos previamente seleccionados optamos por uno a medio camino entre la RN40 y Facundo, sobre la ruta de entrada al pueblo, a poca distancia del río. Allí no estaría el gran grupo de gente que llegaría a la RN40, dónde se comenzaba a preparar el terreno con carpas, baños y banderas para recibir a las cientos de personas que vendrían principalmente desde Esquel, pero nuestro lugar ofrecía más reparo del viento al estar dentro del valle, y el viento patagónico sopla muy intensamente, tal como lo hizo todo ese día. En ese momento el cielo ostentaba cierta nubosidad en aumento, lo que nos inquietaba un poco ya que no habíamos podido actualizar los pronósticos ni consultar las imágenes de satélite.

Facundo. Chubut. Argentina.

Por la tarde el movimiento en Facundo era notable. Se estaba haciendo un relevamiento de los asistentes, anotando nombres, instituciones y lugares de origen de los participantes. Comenzábamos a ver llegar a otros observadores, había movimiento de vehículos, un pasacalle de "Bienvenidos" estaba siendo instalado en la entrada al pueblo mientras la tela luchaba con el viento, y los carteles de "se vende torta frita y pan casero" nos tentaban. Estaban terminando de pintar el centro de artesanos, que también tendría un mural conmemorativo al eclipse anular, y algunos medios periodísticos se congregaban en la sede de la junta vecinal. Allí nos acercamos, y luego de hablar unas palabras con la presidente de la junta, Liliana Prieto, surgió la oportunidad de reparar la conexión a internet, que por algún problema técnico no estaba funcionando. Nuestro intento tuvo éxito, y nos permitió revisar el pronóstico para el día siguiente, el cual afortunadamente nos adelantaba excelentes condiciones.

Facundo. Chubut. Argentina.

Más participantes comenzaban a llegar. Nos encontrábamos con amigos y conocidos de otros eventos astronómicos. La vida del pueblo estaba revolucionada. El encargado de hacer los corderos prometidos para el domingo al mediodía nos pidió tomarse una foto con nosotros mientras nos comentaba que el eclipse coincidía con su cumpleaños. Los vecinos se organizaban para ofrecer comidas para los habitantes provisorios del pueblo, algo que fue muy bien recibido por todos.

Volvimos a nuestro punto de observación donde nos encontramos con varios grupos más de amigos con los que previamente habíamos coordinado para estar todos juntos en el evento, cada uno organizado según su propio itinerario, pero convergiendo para disfrutar del eclipse. Con la puesta del sol las nubes se dispersaron de inmediato, al mismo tiempo que la temperatura descendió con celeridad. Los amigos que llegaron en una motorhome se quedarían hasta la mañana siguiente en el punto de observación, acompañando las monturas ecuatoriales alineadas esa noche para dejar listo el equipo para el evento que se acercaba. Aprovechamos el cielo del lugar, transparente y limpio, esta vez observando con telescopios varios cúmulos de estrellas y nebulosas, todas vistas espectaculares, pero no hasta muy tarde, ya que el eclipse nos aguardaba temprano a la mañana.

Facundo. Chubut. Argentina.

El eclipse

Empezamos temprano. Aunque todo estaba listo y organizado, hay cierta preparación previa de los equipos (telescopios, cámaras, filtros) que debe hacerse en el momento, y queríamos estar en el punto de observación al menos una hora antes del comienzo. Nos volvimos a encontrar todos allí, el grupo estaba completo, los telescopios instalados, las cámaras listas, y la anticipación al máximo. El cielo estaba completamente despejado, con un ambiente fresco y sin viento, perfecto.
"¡Empezó!", fue el grito que de inmediato cruzó de lado a lado la hilera de instrumental y observadores. Con emoción vimos como el borde oscuro de la Luna comenzaba a cubrir el Sol. El eclipse había empezado, y los planes que hicimos durante meses llegaban a su punto más alto.

Facundo. Chubut. Argentina.

A medida que la Luna avanzaba sobre el Sol la temperatura descendía, la luz del entorno se notaba progresivamente más tenue y las sombras se hacían más definidas. El tiempo pasó rápido mientras miramos con anteojos de observación solar, controlábamos las cámaras y disfrutábamos del eclipse que tanto habíamos esperado. Muchos vehículos pasaban, la gente se detenía, preguntaba y observaba con anteojos prestados. Era un ambiente de alegría, asombro y gran expectativa para el punto central del eclipse.

"¿Cuando falta para el máximo?", "¡cuatro minutos!" El Sol ya era apenas un fino borde luminoso. Todos miraban, con anteojos solares o telescopios con filtro. La emoción crecía, frases de asombro se escuchaban de lado a lado, faltaban solo instantes...y la Luna terminó de ingresar en el disco solar. La anularidad había comenzado. Los próximos segundos definían todo lo que planeamos. Las cámaras disparaban y la emoción del momento envolvió la escena. El anillo de fuego estaba en el cielo, un círculo perfecto, sumamente brillante. La vista con telescopio era vertiginosa: la Luna se acercaba al borde solar y las irregularidades del limbo (las montañas lunares) fragmentaron el anillo cortándolo en segmentos que cambiaban rápidamente a medida que la anularidad terminaba y el Sol adquiría la fina fase de hacía unos minutos. Habíamos visto el anillo de fuego. Los planes, el viaje, la organización, todo había sido un éxito resumido en menos de 60 segundos. Estábamos desbordados de asombro y alegría.

Eclipse Solar Anular 2017

El evento continuó muy simétricamente, con la Luna saliendo del disco solar hasta que el eclipse finalizó al mediodía. Todo estaba completo. Habíamos visto un eclipse anular muy especial desde el que consideramos el mejor punto de observación posible desde el continente y bajo condiciones ideales. Un éxito completo.

Facundo efervescente

Luego de guardar los equipos y despedirnos de los amigos que seguían su viaje con otros itinerarios, regresamos al pueblo. Debíamos organizar nuestro equipaje, embalar los equipos y preparar todo para el regreso. La actividad en Facundo era frenética. Los vehículos poblaban las calles, la gente iba y venía por las veredas, las casas particulares ofrecían comidas caseras a los visitantes, mientras un gran almuerzo se realizaba en el salón del pueblo. Se ofrecían productos regionales y recuerdos del lugar y una larga mesa estaba reservada con la leyenda “científicos”. Allí se agruparon todos los profesionales y allegados, incluyendo una gran cantidad de personajes del extranjero. Intercambiamos algunas palabras con varios de ellos, con organizadores, y con otros amigos que allí nos encontramos. Saludamos nuevamente a la presidente de la junta vecinal, quien estaba realmente contenta y deslumbrada por el espectáculo y el nivel de actividad que había adquirido su comuna.

Facundo. Chubut. Argentina.

El almuerzo culminó con varias tortas solares, decoradas especialmente para la ocasión, una de ellas cortada por la misma presidente de la junta vecinal. Nos despedimos de Facundo y emprendimos el viaje de regreso, mientras comentábamos una y otra vez lo espléndido del cielo y la espectacular experiencia.


Elizabeth - Banfield · 07/03/2017 05:05 UT
Enzo, me encantó el relato, al leer se pueden sentir sus emociones y vivencias. Hermoso viaje y ni hablar de la experiencia de ver el eclipse tal como lo habían soñado.
Mas allá del eclipse quedan las ganas de ir a conocer Facundo, hermoso pueblo argentino con gente tan cálida.
Me alegro mucho de que todo haya salido tan bien!!
Cristian - Merlo (Pcia Bs As) · 07/03/2017 03:00 UT
Excelente relato enzo me transporte a Facundo .
Sin palabras muy buen trabajo
Juan Pablo Ricca - Olivos, Argentina · 07/03/2017 02:05 UT
Muy buena la crónica..! en casa pudimos disfrutar parcialmente del eclipse y emocionarnos, me imagino lo que habrá sido para los que pudieron ver el anillo.
Felicitaciones.
Alicia Schwindt - Plaza Huincul · 07/03/2017 00:41 UT
Espectacular tu viaje, Enzo!! Gracias por compartirlo!! El del 2020 pasará por acá cerca. Espero que lo podamos ver juntos. Saludos!!
Enzo De Bernardini - Buenos Aires, Arg. · 06/03/2017 14:21 UT
Amigos, ¡muchas gracias por sus gentiles comentarios!
Mario Castillo - Mendoza · 06/03/2017 12:23 UT
Excelente reporte!
Felicitaciones por la cobertura del evento tan completa. Muy lindos matices en el relato que nos trasladaron al lugar, a conocer su gente y costumbres.
Enzo, además de excelente astrónomo, divulgador y autor, sos un maestro de al síntesis!
Muchas gracias.
Un abrazo!
Mario
Sergio Galarza - Sur de Santa fe, Argentina. · 05/03/2017 21:40 UT
Cuando vi tu eclipse le dije a Miguel Castañer: será el mejor. Excelentes fotos, muy buen trabajo.
Daniel Fischer - Königswinter, Germany · 05/03/2017 14:51 UT
Nice report! My group - of three - observed from near the northern limit on RN 40 to concentrate on Bailys Beads and other effects better seen from there (but joined the celebration in Facundo afterwards). Here is my story: https://bonnstern.wordpress.com/2017/03/01/ring-sofi-uber-patagonien-korona-protuberanz-chromosphare-inklusive
Salvador Koziolas - Montevideo- UY · 05/03/2017 13:51 UT
Todo muy lindo.
Ignacio - Buenos Aires · 05/03/2017 13:39 UT
Excelente relato!!!
Fabian Quattrochi - Argentina · 04/03/2017 17:50 UT
Gran gran relato del Eclipse¡!. Facundo, tuvo su momento de gloria y emoción particular. Pero ustedes, vivieron un evento magistral y unico Y lo registraron en unas fotos estupendas¡!. Además de haber tenido el privilegio de ver un cielo estrellado de primer nivel. Enzo. Un relato vivido y muy sentido .al leerlo sentí estar allí con ustedes y hasta me imaginé comiendo las tortas fritas y pan casero de Facundo. Gran trabajo, felicitaciones¡!!.
mariel - neuquen · 04/03/2017 15:39 UT
Qué bueno está su relato!!! tan real que (sin tiempo ni espacio) me permitió estar allí... gracias y seguiremos en otros?...
Omar Curcio - Villa Luzuriaga Argentina · 04/03/2017 02:30 UT
Excelente y emocionante descripción de lo vivido. No pude ir. Felicitaciones y me alegro mucho.
Carlos Ayliffe - Buenos Aires · 03/03/2017 22:20 UT
Enzo, muy buen relato y un trabajo fotográfico impecable como siempre.
Yo los "acompañé" observando y fotografiando el eclipse, que para mí fue parcial, desde la terraza de mi barrio en Villa Crespo, Ciudad de Buenos Aires.
Federico - Bonino · 03/03/2017 18:48 UT
Excelente reporte Enzo, es una linda historia narrada de forma entretenida; sorprende la calidez de la buena Gente de Facundo. Que linda experiencia y momento entre amigos, mas allá de la importancia del evento en si mismo
Noelia - Buenos Aires · 03/03/2017 16:20 UT
No pude estar ahí pero me imaginé todo con el relato tuyo. Qué bueno que hayan podido disfrutarlo así y haya salido tan pero tan bien! Felicitaciones!
Carlos Campitelli - Argentina · 03/03/2017 03:42 UT
Estuve allí, no me impresionó tanto el eclipse, como la belleza y calidez del pueblo de Facundo, espero que a su exaltación no le siga una depresión, si sirve para algo nunca los olvidaré.
Alejandro Tombolini - Buenos Aires · 03/03/2017 02:53 UT
Que buen evento! Gracias por la perfecta descripción de todos los momentos emisionantes de ese día.
Marcelo - Lujan · 03/03/2017 01:05 UT
Enzo, he leido palabra a palabra tu relato, me gustó mucho!!!!! Me alegro que todo se haya dado excepcional para esos "menos de 60 segundos" de anularidad. Un abrazo!!!